10/08/2012 - 14:48
La contradicción entre el mantenimiento de los empleos y la salud de las personas y los ecosistemas presenta a veces dilemas tan complejos como el que encontramos en el tacón de Italia con IIva: la fábrica de acero más grande de Europa.
"Cuando era niño, al lado de mi casa había muchas granjas", recuerda Francesco Ruggieri, que nació en 1957 en el barrio de Tamburi, también conocido como el barrio de los muertos vivientes, la ciudad dormitorio pegada a la parte a caldo (caliente) de la fábrica, donde se encuentran las instalaciones más contaminantes y peligrosas. "Pero cuando era adolescente", continúa Ruggieri, "los balcones de las casas empezaron a estar siempre cubiertos de carbón y polvo. No podíamos hacer deporte ni actividades al aire libre; teníamos que ir a jugar a otros barrios". Fragmento extraído de este texto.
Una razón más para por un lado alargar la vida de nuestros objetos de acero y por otro para conseguir que vivir de una agricultura ecológica y sana sea una salida digna en las zonas rurales.
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