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¿Dónde irás este año por vacaciones?
Viajar se está convirtiendo en una cosa tan habitual que ya confundimos el ocio con el turismo. ¿Es viajar el ingrediente imprescindible de unas vacaciones? ¿Tiene sentido hablar de turismos sostenible? Con tanta globalización, cada vez se hace más difícil distinguir un francés de un alemán. ¿Dónde queda el placer de viajar?

Más abajo os damos unos consejos generales, y tenéis más información en los artículos.

Preguntémonos porqué sentimos la necesidad de viajar y hagamos un plan a nuestra medida

  • Parte de lo que buscamos en un viaje lo podemos encontrar también muy cerca: paisajes, conocimientos y personas de otras culturas, lugares donde evadirnos...
  • Si tenemos mucha necesidad de descansar no escojamos un viaje con demasiado trajín, o contemplemos la posibilidad de quedarnos.
  • El marketing turístico es omnipresente, a veces sutilmente escondido en películas que nos canten los encantos de ciertos lugares. Seamos sinceros con nosotros mismo: ¿me voy por qué tengo ganas, o por no ser menos?
  • Miremos de equilibrar cada día la atención que dedicamos a los diferentes aspectos de la vida que nos llenen, para no acumular grandes carencias que requieran grandes remedios.

Evitemos las opciones turísticas que provoquen grandes impactos

  • El intercambio de casas nos permite aprovechar al máximo los inmuebles y conocer más de cerca de la sociedad que visitamos. Algunos recursos: InterVac, HomeExchangeGOLD, The Hospitality Club i CouchSurfing.
  • En la web Environmentally Friendly Hotels podremos buscar hoteles de todo el mundo que aplican diversos criterios de gestión ecológica.
  • Si queremos hacer turismo rural, la opción más recomendable sería el agroturismo, que no substituye sino que complementa la actividad agrícola o ganadera (aquí encontraremos recursos para España). Un caso particular de agroturismo es el Wwoofing, en el cual el turista participa en las actividades agrícolas del campesino anfitrión a cambio de alojamiento y comida (en el mapa encontraréis la mayoría de granjas a nivel estatal).
  • Hagamos más desplazamientos cercanos que remotos. Viajemos en tren, autobús o coche compartido, podemos encontrar cómo hacerlo aquí, aquí... Algunas webs donde podemos calcular el gasto energético de las diferentes maneras de desplazarnos: este y este...

Busquemos las opciones que repartan más equitativamente los impactos económicos del turismo

  • Escojamos los servicios (alojamiento, guías, comidas...) que ofrece la gente de allá. Busquemos en nuestro entorno agencias de viajes independientes y empresas turísticas pequeñas, que en general hacen que el dinero se reparta mejor entre la población local. Internet es una buena herramienta para encontrar estas opciones. La organización británica TourismConcern informa sobre los impactos económicos y sociales del turismo.
  • Podemos informarnos a partir de las experiencias de gente que ha viajado o también a través de los blogs, os ponemos un par de ejemplos: éste y éste.
  • Si viajamos al Sur podemos buscar opciones de turismo comunitario, responsable o solidario. 

Tomémonos tiempo para saborear la cultura que estemos visitando

  • Antes y durante el viaje, miremos de conocer un poco la cultura que visitamos para comprenderla, no queramos imponer nuestros estándares. Contactar con gente del lugar permite pasar del servicio a la acogida. Seguramente nos podrán enseñar cosas que no salen en las guías o en los tours.
  • La diferencia de nivel de vida entre el viajero y la población del país de acogida puede ser origen de malentendidos. Seamos discretos en la indumentaria (cámaras, joyas...) y no arrogantes. Los regalos o propinas demasiado importantes pueden llegar a crear situaciones violentas. Si queremos colaborar lo mejor será hacerlo a través de alguna organización local.

Octubre 2010

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