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Energía, la justa

Publicado en este número:

La Agencia Internacional de la Energía constata que las políticas están fracasando en conducir el sistema energético mundial por sendas más sostenibles, y afirma que el objetivo climático de limitar el calentamiento global a 2ºC se hace más difícil y costoso de conseguir cada año que pasa. Uno de los puntos clave para un futuro más sostenible es reducir el consumo de energía. En el ámbito doméstico tenemos mucho trecho por recorrer, vía cambios en los hábitos cotidianos.

Si alguna vez habéis pasado unos días con un fallo en algún suministro (luz, agua, gas), quizás habréis encontrado estimulante la experiencia de teneros que ingeniar cómo hacer muchas cosas de una forma distinta de la habitual, y lo habéis conseguido. Os invitamos a jugar siempre a un reto del mismo estilo: hacer las cosas de cada día como si no pudiéramos tener energía ilimitadamente y conviniera racionalizar mucho su consumo. Que de hecho es lo que ocurre. ¡Ah, pero sin perder calidad de vida! En este artículo damos algunas ideas. Por ejemplo, la costumbre de usar un buen pijama, una buena manta o edredón y una alfombra en el dormitorio permitiría ahorrar en un año tanta energía como la que gastan 11 millones de neveras.

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