25/01/2013 - 14:05
Últimamente las iniciativas de Consumo Colaborativo está creciendo mucho y por tanto el interés de los medios de comunicación. Esta semana hemos colaborado con La Vanguardia para dar a conocer la idea.
Recurrir a objetos que ya existen para satisfacer las necesidades o deseos es una de las ideas más potentes del Consumo Consciente y Transformador, y en Opcions hemos hablado de varias formas de hacerlo:
Redes de intercambio;Intercambio de casas; Intercambio de trabajo por aprendizaje y alojamiento; Freecycle (graticiclaje); Bookcrossing; Circuitos de segunda mano; Como montar una tienda gratis; Cómo montar un Huerto Colectivo; ... (escribe cualquiera de estos conceptos en nuestro buscador para encontrar el acceso a estos artículos en Opciones)
En general son formas de consumo en las que personas o colectivos se organizan para compartir, prestar o intercambiar bienes y servicios. Últimamente se está usando el término consumo colaborativo para referirse al conjunto de estas formas de consumo, que en muchos casos funcionan con la ayuda de internet. Hay quien lo ve como una forma circunstancial de consumir en tiempos de crisis, y quien lo ve como una auténtica revolución que nos encamina hacia un nuevo modelo económico; por ejemplo, la revista Time lo cataloga como una de las 10 ideas que cambiarán el mundo. próximamente hablaremos del potencial económico y social del consumo colaborativo; podéis encontrar bastante material al respecto en www.consumocolaborativo.com, una web que incluye también un directorio de iniciativas activas en España.
En este artículo hablamos de una de estas formas de consumo: el préstamo o alquiler de objetos entre personas o colectivos articulado mediante una página web: (pdf del artículo o sigue leyendo)
Prestarnos o alquilarnos cosas con la ayuda de internet
Montse Peiron (Opcions n38)
¿SERÍA REALMENTE ÚTIL?
A ver, imaginemos objetos que necesitemos puntualmente y que alguien que vive cerca de nosotros nos pueda dejar o alquilar; podrían ser una vaporeta, una guitarra, un calefactor, unas botas de agua, una sierra eléctrica, un arnés, un jamonero, una pulidora de parqué...
¿Tenemos en casa algo que usamos poco o nunca pero que por lo que sea queremos conservar, y que no nos importaría dejar a alguien, gratuitamente o no? Una raqueta, una tabla de surf, un juego, un proyector de diapositivas, una tienda...
Y, ya puestos, también podemos aplicar la idea a cosas que hasta hoy ha sido común tener en casa pero que no usamos a menudo: taladro, DVDs de películas o series, consolas y videojuegos, cámara de vídeo, bicis... ¡incluso motos o coches! Y se puede extender también a espacios: un trastero, un garaje, un trozo de tierra para cultivar, una habitación...
CÓMO FUNCIONA
Se trata de una página web en la que los usuarios pueden cumplir dos roles:
Ofertar un objeto para dejar o alquilar. Si se ofrece en alquiler se puede poner un precio por día, por mes, por fin de semana, por hora...
Pedir alguno de los objetos que se ofrecen, y poner demandas de objetos (algunas webs no incluyen esto último).
Cuando alguien pide un objeto, la web pone en contacto a las dos personas por correo electrónico para que se pongan de acuerdo para dar y devolver el objeto. Si se trata de un alquiler, la web les puede proporcionar un modelo de contrato y un sistema de pago seguro. También puede ofrecer otros servicios, como enviar un recordatorio pocos días antes de la fecha en que se debe devolver un objeto.
La web misma puede generar ingresos, por ejemplo cobrando un porcentaje de cada operación de alquiler, o incluyendo anuncios de empresas locales (de hecho hay quien invierte millones en montar una web así, y parece que sale rentable).
QUÉ SE NECESITA
Un espacio en un servidor de internet donde alojar la página.
Construir la web. Con conocimientos técnicos suficientes se podría hacer en cosa de un mes, perfeccionándola con el uso (de hecho siempre se le pueden añadir complementos o mejoras). El proyecto finlandés Kassi tiene una web ya hecha que se puede descargar gratuitamente de github.com/sizzlelab/kassi, y se puede adaptar a los gustos o requerimientos propios; podéis ver un ejemplo en aalto.kassi.eu/en en inglés. Para instalarla hay que tener conocimientos técnicos; el proyecto Kassi puede ayudar (juho@kassi.eu), y también puede adaptarla por un cierto precio.
Mantener la web para atender los comentarios de los usuarios y resolver problemas técnicos que puedan surgir. Si el número de usuarios es moderado, pongamos unos centenares, requerirá pocas horas a la semana.
IMPORTANTE TENERLO EN CUENTA
Que los préstamos o alquileres sean locales, para que no sea necesario un transporte de larga distancia y para poder conocernos entre vecinos, fortaleciendo la comunidad y descubriendo intereses comunes. Por ejemplo, puede crear la web una asociación de vecinos, un ayuntamiento, un campus universitario...
Hacer una buena campaña de difusión del servicio antes de lanzarlo y en sus inicios, porque tendrá sentido si realmente es utilizado.
Es recomendable clasificar las ofertas y demandas por tipo de producto, y que las ofertas incluyan una foto del objeto.
Tener previsto cómo se gestionarán los desperfectos y las pérdidas o robos que se puedan producir. Lo tendrán que acordar las personas involucradas, y es conveniente que dejen constancia por escrito. Existe la posibilidad de estipular una fianza.
Incluir en la web las condiciones de uso: por ejemplo, que no se responsabiliza de las transacciones o que no admite ofertas de ciertos objetos. También tiene que informar de qué política sigue para la protección de datos y, en caso de que a través de la web se lleven a cabo acciones comerciales, cierta información legal.
WEBS QUE YA FUNCIONAN
En España hay tres webs que facilitan el alquiler de objetos o servicios entre personas o empresas. No son comunitarias sino que admiten usuarios de todo el Estado; incluyen un mecanismo para que los usuarios valoren a las personas con quienes han hecho un trato y el objeto que han alquilado.
www.rentamus.es. Quiere ofrecerse también a otros países.
www.meloprestas.es. Admite “0” como precio del alquiler.
¿CUESTA MUCHO?
Usar la web tiene que ser sencillo, y llevar a cabo los préstamos o alquileres también.
Acostumbrarnos a prestar y obtener objetos de este modo implica un cambio de chip.
Tiene que haber confianza entre los participantes; el temor de potenciales desperfectos o pérdidas puede causarnos reticencias. Las podemos superar si nos conocemos personalmente, y cuando la experiencia nos demuestre que se producen pocos problemas.
¿QUÉ GANAMOS?
Nos servimos de un objeto sin que haya que fabricarlo y damos más uso a los que ya tenemos.
Los conceptos comunidad y vecinos toman un valor más práctico y humano, conectamos con la gente de alrededor.
Ganamos espacio en el armario, la estantería, el garaje, el trastero...
Ahorramos dinero pidiendo objetos, y podemos ganarlo como arrendadores.
Ya estamos poniendo en práctica una forma de consumo que puede ser uno de los pilares de un nuevo modelo económico sostenible.
Enviar un comentario nuevo