25/03/2015 - 11:41
En este post os aportamos una lectura crítica y difícil de encontrar en otros lugares sobre cómo se está abordando en la actualidad el tema de la pobreza energética. A menudo echamos de menos en esta necesaria lucha la también necesaria apuesta por un nuevo modelo energético. En esta línea, aportamos reflexiones sobre qué entendemos por “buena vida”, ideas para que justicia social y ambiental vayan de la mano, y ejemplos de entidades que trabajan el tema de la pobreza energética con una mirada que nos gusta.
A quienes no conozcáis ya la (cruda) realidad de la pobreza energética, os recomendamos este artículo de Diagonal como introducción al tema. Y para quienes ya sepáis de que va el tema...
Cuestionando las definiciones...
No existe una definición consensuada de pobreza energética , pero la más habitual habla de la dificultad para mantener el hogar en unas «condiciones adecuadas de temperatura» (que suelen cifrarse entre 18 y 20º en invierno y 25ºC en verano) a un precio justo. Otras definiciones, como las que hablan de un gasto en suministro superior al 10% de la renta del hogar están siendo revisadas, (1). La mayoría de definiciones existentes, una vez concretadas, resultan problemáticas desde el punto de vista del consumo consciente. Veamos...
Las que más nos chocan son las concrecciones de temperatura. Como hemos visto en nuestro número 49 dedicado a la calefacción, una temperatura inferior a 18º puede ser suficiente (y recomendable para ahorrar energía) en bastantes momentos y/o espacios del hogar: durante la noche en toda la casa mientras dormimos bajo las mantas, y durante el día en los espacios que apenas usemos -como por ejemplo en el dormitorio si sólo vamos a dormir-. Y las propias recomendaciones de las instituciones públicas en España recomiendan no bajar la temperatura del aire acondicionado por debajo de los 26º (por encima de los 25 considerados normalmente como "pobreza")...
Si la referencia es cuánto suponen las facturas con respecto a la renta del hogar, puede que como consumidores/as conscientes tengamos un estilo de vida con ingresos (y gastos) bastante inferiores a la media y que (sobre todo si no pagamos alquiler o hipoteca) el pago de las facturas pueda suponer una cantidad del presupuesto bastante superior a la media "normal" (especialmente en zonas frías).
¿Recomendamos entonces, tanto las administraciones públicas como los ecologistas, vivir «pobremente»? Creemos sinceramente que no, y que una de las grandes tareas del consumo consciente es redefinir conceptos. Qué es lo "bueno", lo "deseable", qué debemos entender por "éxito social"... Estamos proponiendo otros significados para "la buena vida" y "el vivir bien", cuando hablamos de "vivir (bien) con menos" o de "consumir menos, vivir mejor".
Y estamos alcanzando éxitos, ya que constituciones como la de Bolivia (2007) o la de Ecuador (2008) incorporan el concepto del "vivir bien" o "sumak kawsay" como un eje articulador de sus magnas cartas, entroncando en este caso con las seculares tradiciones de sus pueblos originarios. Y queremos seguir haciendo entender que muchos de los estándares socialmente aceptados no sólo no son deseables, sino que nos conducen, tanto en lo personal (mayor gasto y dependencia del dinero, del trabajo) como en lo colectivo (mayor contaminación atmosférica, peor reparto de los recursos) a una vida peor, menos saludable y menos feliz.
¿Acceso universal a la energía?
Queremos, desde estas reflexiones, contribuir al debate sobre cómo concretar los valores asociados a reivindicaciones interesantes como el "mínimo universal gratuito" (o al menos intocable en caso de no poder pagar), para que la inclusión social se encamine hacia estándares nuevos "ambientalmente más reivindicables". Así, una necesaria lucha en pro de una mayor justicia social debe ir de la mano de la "justicia ambiental", y contribuir a una "nueva cultura energética" y del consumo donde es clave preguntarnos "¿cuánto es bastante?".
En este sentido, la reivindicación de un "mínimo vital" debería ir unida a la de tarifas fuertemente progresivas y también a un "umbral máximo" que pudiese implicar multas o cortes de suministro. Y a que una parte importante del presupuesto contra la pobreza energética (que tendrían que asumir las empresas del oligopolio y no las administraciones públicas) se destine a programas para mejorar el aislamiento de los hogares, enseñar a ahorrar... como los que citamos más abajo, y no sólo al pago de las facturas como frecuentemente ocurre.
Sobre modelos de acceso universal a la energía recomendamos dos artículos: "¿Más oferta o menos demanda?" y "Modelos de acceso universal a la energía".
Iniciativas estatales y autonómicas
En octubre, el Congreso de los Diputados rechazaba la proposición del PSOE, que exigía una tarifa energética asequible, así como la prohibición del corte de suministro sin permiso de la Administración. En Francia se prohíbe interrumpir por impago el corte del suministro durante el invierno, mientras que en Cataluña una reforma similar fue suspendida en octubre por el Tribunal Constitucional por "invadir competencias estatales". El Parlamento catalán aprobó, a finales de 2014, la creación de un Fondo de atención solidaria de suministros básicos financiado por las propias empresas de suministros. En el siguiente enlace, muy recomendable, podemos encontrar un interesante resumen de más iniciativas de ayuntamientos y CCAA's al respecto.
Iniciativas sociales
Ecoserveis es una entidad no lucrativa barcelonesa que trabaja la pobreza energética con una importante mirada ambiental, con acciones que van desde la participación política (por ejemplo en el Observatori de la Pobresa Energètica a Catalunya) hasta formación de agentes sociales (por ejemplo personal de servicios sociales), pasando por divulgación, intervención directa, dinamización de voluntariado, publicaciones (como una guía sobre como actuar ante la pobreza energética, un decálogo de acciones políticas para hacerle frente...), etc. www.ecoserveis.net/pobresa-energetica
Fuel poverty group es una red estatal de personas y entidades para combatir la pobreza energética mediante la mejora de la eficiencia energética. Ofrecen talleres (también sobre cómo entender la factura), un punto de información, asesorías domiciliarias e intervención en hogares (por ejemplo aplicando medidas de aislamiento de bajo coste). Tanto mediante voluntariado como en forma de servicios a las administraciones públicas, por ejemplo en colaboración con servicios sociales de base. http://energiajusta.org/
Un programa en esta línea implementado en Zaragoza por la Fundación ECODES podemos encontrarlo muy bien descrito en su web.
En resumen, creemos que cada € o minuto invertido para luchar contra la pobreza energética a través de iniciativas como éstas será sin duda mucho más eficiente y barato que destinándolo a subvencionar directamente el consumo energético sin cuestionar las pautas de consumo.
La Aliança contra la Pobresa Energètica, de ámbito catalán, está formada por entidades vecinales (como la Confederació d’Associacions Veïnals de Catalunya), sociales (como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca), ecologistas (como la Xarxa per la Sobirania Energètica) y de consumidores. Busca "garantizar el acceso universal a los suministros básicos y denunciar el inmovilismo de administraciones públicas y multinacionales" exigiendo un servicio mínimo universal para las personas que no puedan pagar y evitando los cortes.
En una línea de trabajo que recuerda a la de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), asesoran a las personas afectadas sobre cómo evitar los cortes, y presionan a empresas y administraciones públicas, consiguiendo en ocasiones normativas que palían algunos de los casos más graves. Están promoviendo, junto con la PAH y el Observatori DESC, una iniciativa legislativa popular sobre "Emergencia Habitacional y Pobreza Energética": http://pobresaenergetica.es
Un referente a nivel estatal es la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético http://cajaderesistencia.nuevomodeloenergetico.org/
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Nota:
(1) El gobierno británico ha adoptado ya la nueva definición que considera que un hogar está en situación de pobreza energética sí:
-Tiene unas necesidades energéticas teóricas superiores a la mediana estadística del parque de viviendas.
-Tiene unos ingresos económicos inferiores al 60% de la media estadística ajustados a la medida y composición del núcleo familiar, y una vez descontados los costes derivados de la vivienda (alquiler, costes energéticos ...)
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