20/01/2014 - 10:47
El puerta a puerta se implementó porque hubo gente con suficiente determinación para arriesgar... La implantación en Usurbil demostró que era posible, y a partir de ahí se contagia a Hernani, Oiartzun, Antzuloa, la mancomunidad Sanmarko... Nos lo comenta Mikel Itatzategui, miembro de Gipuzkoa Zero Zabor (Residuo Cero), la plataforma de la sociedad civil que ha venido reivindicando la adopción del sistema de recogida de basura puerta a puerta (PaP) en la provincia de Gipuzkoa.
Esta zona ha vivido en los últimos años una situación muy convulsa, social i políticamente hablando, debido al debate público que se ha generado en torno a la gestión de los residuos: de un sistema basado en contenedores de recogida en masa y vertido e incineración, a la paralización de un proyecto de incineradora y a la confección de un plan para generalizar el sistema de recogida puerta a puerta en gran parte de los municipios de la provincia. Y el papel de la sociedad civil en este cambio no es nada desdeñable.
DE OPOSICIÓN A PROPOSICIÓN
Si hay que poner un origen al conflicto por la gestión de los residuos en Gipuzkoa, éste lo encontraríamos en el año 2002 con el anuncio por parte de la Diputación de esta provincia de construir dos incineradoras en el territorio. A partir de este anuncio se articula un movimiento ciudadano de oposición a la incineradora, por la alarma que generan sus efectos negativos.1 El movimiento antiincineración tuvo mucho éxito porque la posible ubicación de la incineradora había pasado por muchos sitios, y eso movilizó a mucha gente porque su preocupación era quitársela de encima, apunta Mikel, destapando el carácter “NIMBY” (Not in My Backyard: no en mi patio trasero)2 del movimiento. Con la movilización se consiguió evitar la construcción de una de las dos incineradoras, pero la otra siguió su curso y se confirmó su ubicación en Zubieta. En este momento el movimiento social pierde fuerza: unos porque se relajan y otros porque tienen la percepción de que ya no es posible que se eche atrás o se cambie la ubicación. El movimiento antiincineración no acertó a darle la importancia al tema de cambiar de modelo de gestión, a no solamente oponerse sino proponer también un cambio en el modelo. Cosa que quizás hubiera podido activar a gente de toda la provincia, no sólo a los “vecinos” de las incineradoras.
Al poco tiempo de la asignación de la incineradora en Zubieta hay elecciones municipales (2007). Algunos miembros del movimiento antiincineración vimos que había que cambiar de estrategia, si queríamos parar el proyecto incinerador y cambiar el modelo de gestión de residuos. La actuación sólo desde los movimientos populares veíamos que era insuficiente y que era necesario tomar parte en las instituciones donde se decidían estos temas. Ese fue el motivo principal para animarnos a presentamos a las elecciones, nos comenta Imanol Azpiroz, que pasó a ser el concejal de Medio Ambiente del ayuntamiento de Usurbil, el pueblo más cercano a Zubieta. En esa legislatura, el pequeño pueblo de 6.000 habitantes implementaría el sistema de recogida puerta a puerta, convirtiéndose así en el primer municipio guipuzcoano que adoptaba una estrategia dentro de la línea Residuo Cero.3 La implantación no estuvo exenta de debate público y participación: se hicieron unas veinte sesiones informativas (plenarias, sectoriales, por zonas...) antes de ponerse en práctica el sistema, y emergieron movimientos ciudadanos, a favor –En los procesos participativos se formaron grupos de seguimiento del PaP formados por ciudadanos voluntarios. Su función consistía en aportar la visión de los ciudadanos sobre como iba la implantación, hacer propuestas, contrastar reflexiones, etc.– y también en contra. Los opositores presionaron hasta conseguir que se hiciera una consulta popular vinculante al año de la implantación; el 56% de los votos fueron a favor del puerta a puerta, con una participación superior al 70%.
En la campaña por la consulta, los grupos de seguimiento al PaP, junto a la cooperativa de agricultores, taberneros, comerciantes, artistas, ciudadanos de a pie... se vuelcan a favor del PaP. Todos estos sectores populares a favor del PaP se unieron en la plataforma Atez Ate Dudipe (Puerta a puerta Sin Ninguna Duda). Después del resultado se hizo una valoración; se consideró cerrado un ciclo, el local, pero para hacer frente al programa incinerador había que extender la alternativa a toda Gipuzkoa. Se compartió esa reflexión con grupos de otras zonas, y nació la idea de crear el grupo Gipuzkoa Zero Zabor, con el objetivo de reivindicar e impulsar un programa Residuo Cero para Gipuzkoa. Así nos describe Mikel cómo a partir de la implementación del puerta a puerta en Usurbil se crea la Plataforma Gipuzkoa Zero Zabor para intentar reproducir la experiencia en otros municipios de la provincia. Lo que no conseguimos con el movimiento antiincineración sí se ha conseguido con Zero Zabor: hemos llegado a implicar a gente de pueblos no afectados por la cercanía de la incineradora, recalca Imanol, y Mikel concluye: con el puerta a puerta surge un nuevo movimiento, se pasa de la oposición a la proposición de un modelo alternativo, y tiene éxito porque es propositivo.
A partir de Usurbil siguen Hernani, Oiartzun y Antzuloa, y, con la llegada de Bildu a la Diputación después de las elecciones del año 2011, 34 municipios guipuzcoanos más se comprometen a adoptar el sistema puerta a puerta (en abril de este año comienzan las nuevas implantaciones).
CÓMO SE HACE EL PUERTA A PUERTA
Pero, ¿qué ha supuesto y supone el puerta a puerta para el día a día de los ciudadanos de Usurbil, Hernani y demás? ¿Cómo ha afectado a la gente todo este movimiento?
A efectos prácticos, les ha cambiado la manera en que tienen que separar y depositar sus residuos. Ahora cada familia tiene su espacio (identificado) en la calle donde tiene que colgar o depositar sus bolsas. Cada día de la semana y dentro de un horario establecido deben poner un tipo de residuo. Por ejemplo, en Hernani los envases ligeros se tienen que sacar los lunes y jueves; la basura orgánica los miércoles, viernes y domingo; el papel y cartón los martes; y la fracción resto los sábados, en todos los casos de 20h a 23h. La identificación de cada familia permite hacer un seguimiento de cómo se está llevando a cabo la separación; en caso de depositar un tipo de residuo un día que no toca, o de mezclar fracciones, la bolsa no se recoge, e incluso se pueden aplicar sanciones. Y ya no hay contenedores en la vía pública, es decir: la única vía legal para sacar la basura de casa es separarla y sacarla cuando toca.4 Hay unas zonas de emergencia para depositar los residuos sólo en caso de no poder ajustarse al calendario.
Existen algunas variantes del sistema, por ejemplo para las zonas rurales: se tienen que llevar los residuos a los puntos de recogida, que son lugares cerrados accesibles con tarjeta de identificación, y se potencia el compostaje en casa; en Usurbil y en Hernani existe una bonificación del 40% en la tasa de recogida para quienes hacen autocompostaje.5
Así que, para que el sistema funcione, se requiere de un cambio de hábitos rápido y masivo de la población para alimentar correctamente el nuevo modelo... ¿Cambio de hábitos rápido y masivo?
CAMBIANDO COSTUMBRES
¿Qué hago con las bolsas en casa sin poder sacarlas? ¿Me van a decir cuándo tengo que tirar la basura? ¿Tengo que decidir cuándo comer pescado en función del día de recogida? Todas estas inquietudes las comparte Mikel para ilustrar la especie de claustrofobia que acecha a la gente a la hora de plantear el modelo puerta a puerta.
La pérdida de libertad de elección y el cambio de hábitos “impuesto” son dos de los motivos de mayor resistencia al cambio,6 aunque paradójicamente es probable que muchos de nosotros saquemos las basuras rutinariamente siempre en los mismos horarios. Esta resistencia al cambio tiene mucho que ver con lo que decíamos en la sección El Diván del número 34:7 Los hábitos se crean mediante la repetición y el refuerzo. Romper una rutina conlleva un esfuerzo, y de hecho en términos sociales cambiar hábitos socialmente es una ardua tarea. La guerra mediática y política en Gipuzkoa alrededor del puerta a puerta de los últimos dos años es un buen ejemplo de cuán ardua es la tarea de generar cambios masivos de hábitos, aunque en este caso la dificultad se incrementa por los intereses políticos existentes en el conflicto. La solución tiene que ser fácil para el ciudadano. Puedes estar súper concienciado, pero si es demasiado difícil en el día a día no compensa. Al final se trata de hacer un sistema que le complique la vida al que quiera hacerlo mal, y le facilite la vida al que lo hace bien, añade Mikel reflexionando sobre las resistencias y dificultades de adoptar costumbres sostenibles.
Imanol nos transmite que la práctica da la medida real a las dificultades: La resistencia al cambio dura lo que tarda en implementarse el puerta a puerta. Cuando la gente lo prueba dice: ¿eso era todo? Los datos son bastante explicativos: en Hernani se pasó del 37% de recogida selectiva en abril de 2010 al 83% en junio del mismo año, y en Usurbil del 28% al 76% en el primer mes, lo que indica que la mayor parte de la población estaba haciendo las cosas “como toca” a las pocas semanas de la implantación del sistema. En las gráficas podemos ver más datos; son sencillamente contundentes.
Y LAS COSTUMBRES CAMBIAN VALORES
Yo creo que existe un mito con el tema de la concienciación. Hay quien dice que a la hora de cambiar la realidad hay que partir de la concienciación, y yo creo que es necesario pero no suficiente, que es necesario implementar las propuestas porque permite abrir los ojos, ver que es posible y concienciarse con la práctica, recalca Mikel, y añade: Al no poder tirar la basura cuando quieres y tener que guardarla en casa ves la cantidad que acumulas, te empiezas a avergonzar, te ayuda a cuestionarte...
Comentábamos precisamente en El Diván del número 34 que muchas veces los cambios en comportamientos no vienen debidos a un valor o intención previa, sino que sucede al revés: son los cambios en las prácticas los que preceden el cambio de valores. Es lo que ilustraba claramente esta cita de Mikel.
Pero para que se dé esta toma de conciencia mediante la práctica debe haberse adoptado un sistema puerta a puerta, y eso sólo es posible si ya existe una receptividad y sensibilidad social que acepta y respalda, y quizás también reclama, su implementación.8
LA IMPORTANCIA DEL SUSTRATO
Cuando preguntamos a Imanol por el papel de la sociedad civil en la implementación del puerta a puerta, nos dice Yo creo que el papel de las plataformas de la sociedad civil es clave, porque son las que hacen el trabajo de concienciación de la gente, y eso es lo que permite que desde la administración se puedan implementar medidas como el puerta a puerta, [...] y además desde el ayuntamiento hay que coordinarse con ellas para estar a pie de calle. Así pues, desde las organizaciones sociales se genera el sustrato fértil para facilitar la aceptación de medidas que pueden ser difíciles de entender por parte de la ciudadanía, por ejemplo porque pueden ser vistas como un límite a la libertad personal.9 Y a su vez recogen las sensibilidades de la gente para hacerlas llegar a la administración.
Además de este importante papel de la sociedad civil en tanto que transmisora de sensibilidades y conocimiento en el engranaje social, cabe remarcar el rol de las otras dos puntas de la cadena. En una, el puerta a puerta funciona porque cada familia, en su casa, ha adoptado un cambio, casi de la noche al día, en sus hábitos cotidianos –y yendo incluso más allá de lo mínimo necesario: en Usurbil en un año se ha pasado de 96 familias autocompostando a 525. Y en la otra, hay personas dentro de la administración pública que se atreven a ser pioneras en medidas que pueden ser arriesgadas desde un punto de vista electoral.
El ejemplo vivido en Gipuzkoa parece combinar de manera equilibrada esfuerzo individual, acción colectiva y regulación institucional para facilitar un cambio rápido y masivo en la generación y separación de residuos. Son las tres esferas de cambio que protagonizan la “trilogía de secciones” en nuestra revista, y es que la suma de las tres es vital para la transformación global. Ello es muy palpable en el ámbito de los residuos, y la experiencia guipuzcoana es un elocuente botón de muestra.
RECURSOS Web de la oficina de información del puerta a puerta en Hernani: Garbitania, empresa pública guipuzcoana para asesorar en el establecimiento del modelo puerta a puerta en Euskadi: www.garbitania.com Powerpoint explicativo de las ventajas económicas del puerta a puerta, con información sobre costes, ingresos, empleo y medidas fiscales: www.slideshare.net/sanmarko/ventajas-economicas-de-la-recogida-selectiva... Associació de Municipis Catalans per la Recollida Porta a Porta: www.portaaporta.cat |
Notas al pié:
1 Ver cuaderno del número 42.
2 Consiste en la reacción que se produce entre determinados ciudadanos que se organizan para enfrentarse a los riesgos que supone la instalación en su entorno inmediato de ciertas actividades o instalaciones que son percibidas como peligrosas para la salud o para el medio ambiente local. La reacción se caracteriza por oponerse al proyecto sólo a escala local, pero no les importa que se instale en otro sitio; de ahí la expresión no en mi patio trasero.
3 Ver el cuaderno del número 42.
4 En Hernani y en Usurbil se ha mantenido el contenedor para vidrio, que es el único residuo que no se recoge puerta a puerta.
5 Tanto las sanciones como las bonificaciones por autocompostaje son medidas de incentivos económicos, tema al que dedicamos la sección El Poder de las Reglas del Juego del número 42.
6 Y son las principales consignas que abanderan los discursos de las plataformas de resistencia al puerta a puerta: tinyurl.com/diarioVascoPaP.
7 Disponible en nuestra web.
8 En el CRIC abordamos a fondo esta cuestión en el trabajo de investigación Cambio Global España 2020/50. Consumo y estilos de vida. Podéis encontrar el informe en revistaopciones.org/es/cric/que-hacemos/investigacion, y un resumen de sus conclusiones en el número 40 de Opciones.
9 El apartado 8.5 del informe que citamos en la nota anterior contiene reflexiones sobre las políticas restrictivas con las libertades personales relacionadas con la generalización de estilos de vida sostenibles
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