08/04/2014 - 10:38
Así lo acaba de anunciar Ecover, el mayor fabricante de detergentes ecológicos del mundo, que es quien ha promovido la innovación. Es un hito capital hacia reducir la dependencia mundial del aceite de palma, causante de mucha deforestación y de la destrucción de los medios de vida de poblaciones enteras. Además, la materia prima para obtener aceite de algas puede ser cualquier residuo de biomasa, y se puede producir de forma local en cualquier lugar del mundo. En este video se resumen los beneficios capitales de la innovación, y en el texto entero del post hay más detalles sobre la producción.
También nos llegan buenas noticias desde uno de los fabricantes de detergentes ecológicos españoles, los de marca bioBel: la empresa, Jabones Beltrán, acaba de anunciar que, ampliando su proyecto social Jabón Solidario, ha formalizado sendos acuerdos con Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón y con Cruz Roja Castellón por el que se compromete a dar cada trimestre 36 cajas de jabón para las obras sociales de estas entidades. Serán 1.440 pastillas de jabón para uso personal y para lavar ropa, lo cual constituye una aportación muy útil y necesaria para las campañas de formación y ayuda en materia de higiene.
Jabones Beltrán lleva años colaborando con programas de higiene de ONGs que trabajan principalmente en países del África. Ahora, con estos acuerdos, comienza una colaboración activa y periódica con la gente más próxima y necesitada.
Un hito importante en innovación tecnológica para otro futuro
Lo que ha conseguido Ecover es usar aceite de algas para obtener el surfactante, el principal ingrediente de cualquier detergente. La cosa va mucho más allá de sustituir un ingrediente por otro: la innovación abre la puerta a un progresivo abandono de los aceites tropicales en la industria de la detergencia en general, y esto le convierte en un avance tecnológico que puede aportar beneficios capitales para las personas, las empresas y el planeta:
- El 90% de los aceites renovables que se usan globalmente para hacer detergentes son de palma y de coco, principalmente de palma. Estos aceites se obtienen de grandes plantaciones que desde hace décadas se establecen en superficies previamente ocupadas por bosques tropicales. Es decir, la dependencia mundial del aceite de palma revierte en mucha deforestación de bosques tropicales y en la destrucción de los medios de vida de poblaciones enteras.
- Las algas -en concreto son microalgas unicelulares, fitoplancton- se cultivan a escala industrial en bioreactores, y se pueden alimentar con cualquier residuo de biomasa (de caña de azúcar, de forraje, restos forestales...). Por lo tanto, a diferencia del aceite de palma, el de algas no compite (necesariamente) por el uso de la tierra ni por el alimento.
- Los bioreactores se pueden instalar en cualquier lugar del mundo, y en cualquier parte se puede obtener la materia prima de forma local. Ello permite reducir drásticamente las emisiones de CO2 con respecto a obtener la materia prima a través de una cadena de suministro de alcance mundial, y facilita ofrecer una total trazabilidad del producto.
- El aceite de algas también permite a los fabricante de detergentes reducir la dependencia de grandes compañías controvertidas -los sectores de los aceites tropicales y del petróleo. Con tal de reforzar la capacidad de las microalgas para generar el aceite necesario para producir detergentes, y alimentándolas con muchos tipos diferentes de biomasa, se han modificado genéticamente -pero sin alterar su funcionamiento natural, es decir, sin forzarlas a "hacer" cosas distintas de las que hacen de forma natural. El aceite en si no contiene ningún componente transgénico. Esta modificación ha sido desarrollada por la empresa brasileña Solazyme, especializada en transformar azúcares vegetales en los aceites renovables que el mundo necesita urgentemente. La tecnología es gratuita y puede ser usada por cualquier fabricante de detergentes que lo desee. Ecover dice que Si otras marcas se unen a nosotros en el camino, perfecto, entre más mejor. La modificación genética de organismos unicelulares se aplica en varios procesos de bioconversión, por ejemplo para obtener enzimas que se usan en la elaboración de quesos. La crisis energética ha propulsado la algacultura como fuente de aceites renovables para las industrias alimentaria, química, farmacéutica, etc. y para hacer biocombustibles.
- En el cultivo de las algas se pueden usar aguas residuales, y el proceso consume muchísima menos agua que la que se necesita para obtener cualquier otro aceite que hay al mercado -sea renovable, sea derivado del petróleo.
Además de tener todas estas ventajas, los detergentes con aceite de algas serán tan eficaces como los hechos con aceite de palma. Explica Dirk Develter, Director de Investigación y Desarrollo de Ecover: En nuestro proceso de investigación para encontrar sustitutos para el aceite de palma hemos descubierto que las algas son capaces de producir uno de los aceites más puros y limpios que se conocen.
Pronto estará en el mercado
El primer detergente líquido para lavadora Ecover hecho con aceite de algas saldrá al mercado a finales de 2014. Inicialmente, un 7% de sus ingredientes oleicos vendrán de las algas, y esta proporción se irá incrementando a medida que se conozca más sobre su comportamiento. Asimismo, el uso de aceite de algas se extenderá a otros productos Ecover.
En la fase inicial el aceite de algas se producirá en una planta de la empresa Solazyme, en Brasil, usando como "pienso" para las algas azúcar de caña brasileño -que tiene una huella de carbono y de agua relativamente baja. Ecover lo fabricará en un plazo de tres años cerca de su fábrica, en Bélgica, cuando haya estudiado qué residuos agrícolas y forestales de origen local puede usar de forma más sostenible para alimentar a las algas.
Ecover ya había sustituido el aceite de palma tropical por aceite de colza europea en 2009. Es una empresa que se toma muy en serio el hecho de "hacer detergentes ecológicos". No sólo usa los ingredientes de menor impacto que se conocen, sino que tiene un Departamento de Innovación a Largo Plazo dedicado a transformar radicalmente los procesos productivos, porque es consciente de que lo que estamos consumiendo en definitiva son los recursos naturales, y con el crecimiento en población no podemos pretender seguir haciéndolo hasta el infinito. De hecho ya fue la primera empresa en producir detergentes para lavadora sin fosfatos, que, tal y como explicábamos en nuestro número 43, son el ingrediente más perjudicial para los ríos y lagos -porque provocan una explosión de fitoplancton en las aguas residuales-, y todavía se usan en la mayoría de detergentes convencionales para lavavajillas, porque por las presiones de la industria aún no se han prohibido.
También, Ecover inventó los envases de "plástico" Plant-astic, hechos a partir de azúcar de caña, que son 100% renovables, reutilizables y reciclables. Todos los envases de " plástico " de Ecover son de Plant-astic. Según el Director Ejecutivo de Ecover, Philipp Malmber, el primer detergente líquido para lavadora sin aceite de palma es un paso adelante capital, y encaja perfectamente con la forma en que funcionamos como empresa y con lo que propugnamos como empresa.
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