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Las zapatillas deportivas se están convirtiendo en una opción habitual de calzado, ya no sólo para hacer deporte sino para cada día; para algunos son más cómodas que los zapatos.

Es una buena cosa que nos calcemos de manera que nos sea cómodo caminar: según la Organización Mundial de la Salud, actualmente uno de los fenómenos más preocupantes para la salud pública es el sedentarismo, juntamente con la dieta. Busquemos un calzado (¿quizás unas deportivas?) cómodo y de calidad y... ¡movámonos! 

Qué necesitamos
Al comprar
En casa

Los pies soportan el peso de todo el cuerpo; forman el sistema mecánico más complejo que tenemos. Las bambas han de proteger los pies y han de mantener la flexibilidad, estabilidad, transpirabilidad y sensibilidad. Cuando nos probemos unas bambas, paremos buena atención a comprobar que nos vayan bien.

El calzado deportivo es uno de los sectores en qué la moda es más influyente para inducir al consumismo. Las grandes marcas gastan auténticas fortunas en publicidad y marketing. Evitemos el sobreconsumo de deportivas, y escojámoslas duraderas

El algodón y el cuero (piel) tienen transpirabilidad, flexibilidad y durabilidad máximas, pero no son impermeables. Hay materiales sintéticos que parecen que están igualando las calidades de los naturales, y son impermeables. Tengamos claro qué tipo de material escogemos

Los materiales naturales provienen de recursos renovables pero no siempre explotados de forma sostenible. Los sintéticos derivan del petróleo y no son biodegradables; uno de los más problemáticos es el PVC. El gran volumen de producción de bambas actual seguramente es posible sólo gracias a los materiales sintéticos. Por otro lado, la forma más empleada para adobar el cuero genera residuos bastante contaminantes (sobretodo cromo). Busquemos las opciones menos problemáticas

Las grandes multinacionales del calzado deportivo no fabrican zapatillas, sólo las diseñan y las comercializan. La fabricación se subcontrata a países de mano de obra barata (generalmente con condiciones laborales muy precarias), y es que para fabricarlas hace falta mucha mano de obra. Todavía queda alguna empresa que fabrica todas o parte de las bambas aquí, busquémoslas

Cuánto nos duren unas bambas depende mucho de cómo las usemos. Cuidémoslas bien

Última actualización: octubre 2010