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La humanidad pinta desde hace 17.000 años. Pintar es una actividad que bastante gente realiza sin necesidad de recurrir a ningún profesional; pero las pinturas que encontramos habitualmente en las tiendas son desaconsejables, ya que se fabrican con derivados del petróleo, contienen ingredientes tóxicos que respiramos mientras pintamos y un tiempo después, no dejan transpirar bien las paredes...

Qué necesitamos
Al comprar
En casa

¿Cómo podemos aplicar el principio de reducción del consumo en el caso de la pintura? Un paso previo antes de escoger los colores y las texturas que nos aportarán las mejores características para pintar, es plantearnos si realmente necesitamos pintar o si hay que recurrir a comprar pintura para hacerlo.

Una de las principales funciones de la pintura es la decoración: lo que perseguimos es crear ambientes agradables según nuestra subjetividad y adecuados a nuestro entorno. El color y la textura de las paredes generan un ambiente determinado en las habitaciones. En el caso de las fachadas, además, forman parte de la imagen que un edificio muestra al exterior y se combinan con la estética comunitaria. Escojamos colores y texturas pensando en crear ambientes en los que nos encontremos a gusto.
La otra función principal de la pintura es proteger las paredes de la corrosión y de la acción de los rayos del sol y, en el caso de pinturas de exterior, también de la lluvia y el viento. Sin embargo, las pinturas sintéticas contienen moléculas muy grandes que no se integran con la pared sino que forman una película por encima. Por eso la pintura se agrieta y se desconcha más fácilmente en paredes de exterior. Una pintura sintética en una fachada puede durar entre 5 y 10 años. Escojamos pinturas que ofrezcan la mejor capacidad protectora y que duren lo máximo posible en el tiempo.

Hay tres grandes familias de pinturas: minerales, naturales y sintéticas; aquí podemos ver su descripción, para qué superficies es adecuada cada una y algunas nociones básicas referentes a cómo aplicarlas. Por lo que respecta a parámetros relevantes para el consumo consciente, las pinturas más ecológicas, duraderas y saludables son las minerales y las naturales. Si compramos pinturas de estas familias damos apoyo al desarrollo de una industria química limpia, y dejamos de colaborar con la economía del petróleo.

Como ocurre con la mayoría de cosas, un buen mantenimiento es básico para que las paredes aguanten el máximo de tiempo sin tener que pintarlas de nuevo.

Una vez hemos pintado, si no nos ha sobrado pintura podemos reciclar los botes vacíos (al contenedor para envases o donde nos indique el ayuntamiento si en el municipio no existen). Si nos ha sobrado pintura no la tiremos por el fregadero porque contamina las aguas residuales, incluso la natural (porque los aceites vegetales no se disuelven con el agua) y la mineral (se puede petrificar en contacto con según qué tipo de tuberías). Podemos intentar reaprovecharla y, si no podemos, tirémosla donde toca.

Última actualización: octubre 2010