Detergentes

Los detergentes limpian, pero también "ensucian". Porque pueden causar contaminación de aguas residuales y porque, como todo, tienen un consumo de recursos detrás.

Lo mejor para tener que lavar poca ropa (y secarla, plancharla, recogerla...) es ensuciarla tan poco como podamos.

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Estudio íntegro

La ropa se ensucia con el sudor, la suciedad y olores del cuerpo, el ambiente y las manchas. Lo primero que podemos hacer para minimizar el uso de detergente es ensuciar poco la ropa.

Cómo lo podemos hacer:

• Pongámonos ropa diferente para situaciones diferentes (casa, calle, trabajo, cocinar, chapuzas, deporte...).
• Protejamos la ropa con batas o delantales cuando cocinemos, hagamos la limpieza de la casa, trabajemos en entornos o con objetos polvorientos o grasientos...
• Movámonos con cuidado cuando manejemos substancias o estemos en entornos en los que nos podamos manchar.
• Las fibras sintéticas nos hacen sudar más.

LLavar la ropa la desgasta y la destiñe, más cuanto más agresivo sea el lavado. Por ejemplo lavar a más de 30-40º en general no tiene sentido, e incluso puede ser contraproducente. Para alargar la vida de la ropa, evitemos lavarla en exceso.

Cómo lo podemos hacer:

• Adecuemos la frecuencia y la intensidad con que lavamos la ropa a nuestras necesidades En ocasiones, ventilar y cepillar una pieza puede ser suficiente, por ejemplo si la hemos usado sólo un día.
• Si nos manchamos no hace falta lavar toda la pieza. Lo mejor es quitar la mancha por separado tan pronto como podamos; algunas no marcharán si tardamos demasiado o si ya han pasado por la lavadora. Aquí hay algunas indicaciones para hacerlo.

Los detergentes hacen que el agua penetre más en la ropa (gracias a sus ingredientes tensioactivos o surfactantes) y arrastre la suciedad. La agitación de la lavadora también ayuda a limpiar. Los detergentes convencionales suelen usar algunos ingredientes tóxicos para algunas especies acuáticas: algunos tensioactivos (de la familia LAS) y policarboxilatos que no se biodegradan en el fondo de ríos y lagos, y fosfonatos y blanqueantes ópticos (de la familia FWA5) que no se biodegradan en el agua. Busquemos los detergentes con ingredientes menor impacto ambiental.

Cómo lo podemos hacer:

• Escojamos detergentes ecológicos, que no llevarán ninguna de las sustancias anteriores, y también evitan ingredientes menores cuya ecotoxicidad parece más clara (aunque sí pueden usar alguno, como el TAED, presente también en los detergentes convencionales). Los encontraremos en tiendas de productos ecológicos. Los podemos identificar o bien porque son marcas reconocidas, o bien porque llevan un sello certificador; los más presentes en nuestras tiendas son Ecocert (menos estricto que los criterios de las marcas más veteranas) y Ecolabel (mucho menos estricto que Ecocert).
• Marcas de detergentes ecológicos fabricados en España: bioBel (tiene el sello Ecocert) y Ecotech (tiene el sello Ecolabel pero va mucho más allá).
• Marcas europeas reconocidas: Ecover, Ulrich, Sodasan, Almacabio, Sonett. También podemos encontrar Attitude, fabricada en Canadá y con criterios no muy estrictos.
• Si compramos un detergente convencional, analicemos la etiqueta: si un detergente lleva fosfonatos, policarboxilatos o blanqueantes ópticos lo dirá en la etiqueta, así como si lleva alguna sustancia alérgena; la más abundante en los detergentes convencionales es la isothiazolinona. En cambio no es obligatorio declarar la presencia de los tensioactivos no biodegradables. Si queremos ver la composición completa la encontraremos en una página web cuya dirección es obligatorio poner en la etiqueta.
• Marcas locales convencionales pero con sello Ecolabel son Ecomimidu y Uni Vert.
• Escojamos detergentes concentrados. Los detergentes en polvo que vienen en una caja grande suelen llevar sulfato de sodio, un ingrediente que tiene por única misión dar volumen al detergente.
• Evitemos los detergentes en bolsitas monodosis.
• Se ha dicho que las ecobolas son la opción más ecológica para limpiar, pero ello no está nada claro. También se recurre mucho al reclamo del "Jabón de Marsella", pero se trata efectivamente de esto: un mero reclamo.

En los detergentes ecológicos, en general los tensioactivos no se obtienen a partir del petróleo (como en los detergentes convencionales) sino de aceites vegetales, principalmente de palma y también de coco. Ello tiene la ventaja de que los recursos de origen son renovables, pero sin embargo las plantaciones de palmeras están ligada con graves problemas de deforestación y de apropiación de tierras y de medios de vida en países tropicales. Algunas iniciativas tratan de atenuar la problemática, pero sin mucho éxito. Sin embargo, tenemos opciones que evitan en lo posible dichas explotaciones, busquémoslas.

Cómo lo podemos hacer:

• En la región brasileña de Maranhão, una cooperativa de pequeños agricultores que involucra a un millar de familias explota las palmeras de coco propias de la zona, que además de aceite proporcionan bienes como materiales de construcción o carbón vegetal. Las organizaciones campesinas llevan años de lucha por conservar un acceso libre a los palmerales, evitar la tala de palmeras y el uso de pesticidas. En España se vende un detergente elaborado a partir de aceite de estas palmeras, de la marca Talybe. La empresa fabricante, italiana, compra este aceite y otros ingredientes bajo condiciones de Comercio Justo. El detergente tiene el sello ecológico ICEA, que es estricto pero permite los fosfonatos, y están presentes en el detergente Talybe para ropa. Podemos encontrar esta marca en tiendas de Comercio Justo y en asociaciones de consumo ecológico, y a granel.
• El veterano fabricante de detergentes ecológicos Ecover ha desarrollado un tensioactivo obtenido a partir de aceite de algas. Ello conlleva varios avances muy importantes: permite reducir la gran dependencia mundial del aceite de palma, la materia prima para obtener aceite de algas puede ser cualquier residuo de biomasa, y se puede producir de forma local en cualquier lugar del mundo. Podemos conocer la innovación con más detalle aquí. Por el momento sólo usa este nuevo surfactante el detergente líquido para lavadoras Ecover, que podemos encontrar en las tiendas de productos ecológicos.

La lavadora es, después de la nevera, el electrodoméstico que más energía consume. Un 90% de la energía la utiliza para calentar el agua. Del agua que gastamos en casa, un 20% se va con los coladas. Usemos bien la lavadora para minimizar el consumo de recursos y para que la ropa quede bien limpia sin estropearse.

Cómo lo podemos hacer:

• Pongamos la lavadora con la carga llena, pero tampoco que la ropa quede muy prensada, porque no quedaría limpia. Existen lavadoras que dosifican el agua según el peso de la ropa.
• También existen lavadoras con dos entradas de agua, una para el agua caliente. Ello ahorrará energía sólo si la forma de calentar el agua en casa es más eficiente que la de la lavadora, por ejemplo si se calienta mediante placas solares.
• Normalmente nos bastará con menos detergente del recomendado por el fabricante, especialmente si es concentrado. Poner demasiado puede llegar a dificultar la limpieza, porque el aclarado no puede llevarse todo el detergente, y permanece en la ropa junto con la suciedad que había capturado.
• Moderar la temperatura: en general lavar a unos 30ºC (el agua más fría limpia poco), o 40ºC. Las manchas de grasa necesitan más temperatura, pero es mejor quitarlas previamente. O bien lavar a máximo 60ºC, pero cuidado: por encima de 40º no se eliminan las manchas proteínicas (sangre, carne, pescado...). En verano podemos programar la lavadora a menos de 30ºC, si el agua ya llega caliente. Cuidado sobre todo con no lavar con agua demasiado caliente las fibras que se pueden encoger (lana, algodón). La seda, siempre con agua fría.
• Lavar por separado la ropa blanca o clara y la de color, así la clara se puede lavar a más temperatura sin riesgo de que se tiña.
• Lavar por separado la ropa sucia y la muy sucia. Dosificar el detergente y la temperatura según la suciedad. Poner previamente en remojo la ropa muy sucia.
• Para dejar bien blanca la ropa blanca, es mejor usar detergentes sin blanqueador (en general los ecológicos) y poner percarbonato sódico en la lavadora, que actúa sobre los colores de forma similar a la luz del sol. Es el ingrediente que conforma los blanqueantes ecológicos (suelen ofrecer todas las marcas de detergentes ecológicos), y también lo encontraremos en droguerías.
• Al sacar la colada dejemos la puerta de la lavadora abierta un rato, para que se seque y la goma se conserve mejor.

Los suavizantes estropean la ropa (la suavizan a base de romper las fibras del tejido), y también contienen ingredientes ecotóxicos. Cuanto más blanda es el agua (cuanto menos calcio contiene), menos detergente necesita y más suave queda la ropa. Evitemos que la ropa quede áspera sin suavizantes.

Cómo lo podemos hacer:

• Poniendo en la máquina vinagre blanco con unas gotas de algún aceite esencial para dar olor, o mezclando bicarbonato con el detergente.
• Frotando la ropa consigo misma una vez limpia, sobre todo toallas y similares.
• Instalar aparatos descalcificadores, que también alarga la vida de grifos, cañerías y electrodomésticos.
• Para que la ropa tome olor podemos poner saquitos con hierbas aromáticas en el armario.

Las secadoras desgastan mucho más la ropa que las lavadoras, porque durante el secado en el bombo no hay agua que haga de "cojín" para el rozamiento, y consumen mucha electricidad: después de haber lavado y secado una camiseta 25 veces habremos gastado más energía con la secadora que en todas las fases del proceso de producción. Evitémoslas.

Cómo lo podemos hacer:

• Tendamos la ropa fuera siempre que podamos, pero evitando demasiado sol. Lo que seca la ropa es sobre todo el aire (y la brisa ayuda a suavizarla); el sol acelera el secado pero también reseca la ropa, decolora la de color, y de entrada blanquea la blanca pero en exceso la amarillea. Si tendemos al sol, giremos del revés las piezas de color y recojamos la ropa tan pronto esté seca.
• Saquemos la ropa enseguida de la lavadora, si no se arrugará más, y al cabo de mucho rato puede coger mal olor.
• En las poblaciones en las que no está permitido tener ropa tendida a la vista desde la calle, busquemos viviendas que tengan algún balcón donde se pueda tender la ropa, o pongamos tendederos en habitaciones ventiladas y soleadas. Para casos de emergencia extrema podemos ponerla sobre radiadores o recurrir a un secador de pelo.
• Las prendas de lana, que pesan bastante cuando están mojadas y/o que se deforman fácilmente, mejor tenderlas planas sobre una toalla.
• Tender la ropa de la parte de arriba en una percha y bien puesta (por ejemplo abrochando algún botón) hace que quede menos arrugada y necesite menos el planchado.

Última actualización: julio 2014

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